Representar es resistir: la voz latina en la concientización del síndrome de Down

El pasado 6 de septiembre, el rostro de Dante brilló en una de las pantallas gigantes de Times Square durante el Buddy Walk de la National Down Syndrome Society (NDSS). Por un instante, entre el ruido, las multitudes y el caos de Nueva York, el mundo se detuvo para celebrar la inclusión.

Para nuestra familia fue más que orgullo: fue visibilidad. Visibilidad para los más de 250,000 individuos con síndrome de Down en Estados Unidos. Visibilidad para las familias latinas que, a menudo, no nos vemos representadas en espacios nacionales. Visibilidad que demuestra que los niños con discapacidad no están definidos por sus limitaciones, sino por su potencial.

Cada año, alrededor de uno de cada 775 bebés en EE.UU. nace con síndrome de Down. Detrás de cada número hay historias como la de Dante: historias de resiliencia, de alegría y de oportunidades que florecen cuando la comunidad abraza la inclusión. Ver a Dante en Times Square fue un recordatorio de que nuestras voces locales pueden amplificarse en escenarios globales, inspirando a otras familias y cambiando percepciones.

La representación importa. Para las familias hispanas significa romper barreras de idioma, de cultura y de acceso. Significa que otros padres puedan mirar esa pantalla y pensar: “mi hijo también pertenece, mi familia también cuenta.”

Pero la representación no es el final; es apenas el principio. La verdadera inclusión ocurre en la vida diaria: en las aulas, en los parques, en los trabajos y en nuestras comunidades. Necesitamos seguir construyendo redes de apoyo, derribando estigmas y celebrando los logros de cada niño y adulto con síndrome de Down.

Dante no solo representó a nuestra familia en Times Square. Representó la promesa de lo que es posible cuando decidimos ver el valor, la dignidad y el potencial de cada persona. Ese instante en Nueva York fue un símbolo de inclusión y, al mismo tiempo, una invitación a actuar: a abrir puertas, a escuchar más, a incluir siempre.

En este Mes de la Concientización del Síndrome de Down recordemos que la representación inspira, pero la inclusión transforma. Nuestros hijos pertenecen, y su futuro vale la pena celebrarlo y defenderlo en cada paso del camino.


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